La diócesis celebró el Día del Catequista en un emotivo encuentro de agradecimiento y compromiso.
Bajo el lema “Catequistas Servidores del Amor de Dios”, la diócesis de Melipilla se vistió de celebración el pasado sábado 20 de mayo para honrar a aquellos hombres y mujeres que dedican su tiempo y esfuerzo a las diversas catequesis de preparación sacramental.
En cada comunidad parroquial, se llevó a cabo una ceremonia especial que resaltó el invaluable ministerio de estos fieles servidores.
La jornada estuvo marcada por una profunda gratitud hacia aquellos catequistas que, con devoción y compromiso, forman a los fieles en los sacramentos de la iniciación cristiana: el bautismo, la eucaristía y la confirmación. Su labor abarca desde la delicada tarea de guiar a las familias, niños y jóvenes, hasta el apoyo en el catecumenado de adultos. También se resaltó la importancia de los catequistas dedicados a la preparación al matrimonio y aquellos que acompañan la catequesis especial destinada a integrar a niños y jóvenes con capacidades diferentes.
La celebración eucarística congregó a todos los colaboradores de este valioso servicio en las parroquias, donde el foco de la homilía fue la expresión de gratitud hacia la generosidad de los catequistas en su labor evangelizadora. Asimismo, se les animó a seguir el camino de Jesús, ya difundir el mensaje del Evangelio con pasión y entusiasmo, buscando constantemente nuevas formas y medios para convertirlo en un signo de esperanza en medio de la sociedad actual.
Tras la Eucaristía, algunas comunidades compartieron un momento de fraternidad entre los catequistas, donde se reforzó el agradecimiento por el testimonio y la entrega de cada uno de ellos. Allí, las experiencias personales compartidas sirvieron como un poderoso estímulo para seguir adelante y renovar el compromiso con esta noble labor.
Para el Padre Víctor Veliz, Párroco de la Catedral de Melipilla, “el Día del Catequista fue un recordatorio de la importancia vital de estos hombres y mujeres que, con su dedicación y entrega, forman a las nuevas generaciones en la fe y los valores cristianos.
Su trabajo incansable es fundamental para el crecimiento espiritual de la comunidad y para la transmisión de la herencia de la Iglesia”, comentó y agregó: “En medio de los desafíos y cambios de nuestra sociedad, los catequistas parecen ser verdaderos embajadores del amor de Dios. Su labor trasciende lo académico y se adentra en la formación de discípulos comprometidos con la fe y el servicio a los demás. Hoy, la diócesis de Melipilla les rinde un merecido reconocimiento y les anima a seguir adelante con valentía y convicción, inspirando a todos con su testimonio de entrega y dedicación”.