La importancia del aporte de todos los católicos.
El 1% es un legado, sutil pero trascendental, que conecta generaciones de católicos con la Iglesia, sosteniendo no sólo edificaciones sagradas, sino también el corazón mismo de la comunidad.
Julio Feres, administrador de bienes del Obispado de Melipilla, explica que este acto es en “su esencia, una demostración de generosidad que posibilita a los católicos contribuir al sostenimiento de su Iglesia. Más allá de ser una cifra, representa un compromiso activo con la financiación de actividades eclesiásticas y la preservación de la fe”, comenta.
Todos los católicos están llamados a entregar su aporte, se trata de un compromiso que no conoce fronteras geográficas, uniéndose a través de la distancia y reforzando el lazo global de la fe.
El 1%, aunque puede sonar contemporáneo, encuentra sus raíces en el pasado distante, inicialmente conocido como el diezmo. Con el correr del tiempo, evoluciona hasta convertirse en uno de los cinco mandamientos de la Iglesia, tejiendo así una conexión indeleble entre la tradición antigua y las prácticas modernas.
De qué se hace cargo el 1%
El destino del 1% es tan diverso como su origen, ya que debe abarcar varias áreas. Feres cuenta algunas de ellas. “Parte de los fondos permanecen en la parroquia, financiando el gasto corriente esencial. Otra parte viaja al obispado, respaldando a los sacerdotes y religiosas, en sus gastos médicos y previsión. Además, el 1% se extiende hacia la Iglesia Universal y se asigna a colaboradores pastorales, desempeñando un papel esencial en la continuidad de sus labores”, aclara el administrador de bienes del Obispado de Melipilla.
Hoy en día, Melipilla necesita este aporte para seguir manteniéndose firme y poder entregar ayuda a quienes más lo necesitan. Es por eso que el mensaje de Feres es claro: “La Iglesia es una, y necesita la ayuda activa de sus fieles. Más allá de los desafíos que pueda enfrentar la Iglesia, la contribución económica a través del 1% se revela como una ayuda concreta para evangelizar y mantener viva la caridad en toda la diócesis. El 1% no es sólo una cifra; es un lazo sagrado que une la fe y el compromiso en la comunidad de Melipilla.