Nuestra diócesis cuenta con cinco nuevos diáconos ordenados el pasado 27 de mayo. En un ambiente festivo y con una catedral llena de fieles; acompañados por sus familias, y comunidad, los cinco nuevos diáconos se comprometieron a vivir el ministerio conferido y servir a sus comunidades.
Los varones ordenados diáconos son Germán Donoso Romero, de la Parroquia Nuestra Señora del Carmen de Peñaflor; Ricardo Figueroa Serra, de la Parroquia San Pedro; Omar Silva Abbot, de la Parroquia Nuestra Señora del Rosario de Peñaflor; Osvaldo Narváez Vega, de la Parroquia Inmaculada Concepción de Talagante y Eduardo Quezada Ureta, de la Parroquia Virgen Medianera de Cartagena.
La Eucaristía fue presidida por Monseñor Cristián Contreras, quien resaltó: “Ustedes, queridos hermanos, han iniciado hace largos años un itinerario de preparación a este sacramento del orden, acompañados por sus familias, sacerdotes y comunidades en las que sirven. De este modo han respondido al llamado del Señor y esta mañana verán confirmada su vocación por parte de la Iglesia. Ustedes han escuchado sus nombres hace solo un momento. Ninguna de estas vocaciones ha nacido sola. Todos y cada uno de estos hermanos han contado con el apoyo de sus esposas, con quienes han recorrido el largo camino de su formación”.
“Ellos han recibido también el reconocimiento de sus comunidades, en las cuales han ejercido el servicio de catequistas, de animadores de la comunidad, donde han presidido la oración e impulsado a sus hermanos a la misión evangelizadora”.
“Muy clave en el despertar de sus vocaciones y en el acompañamiento posterior, han sido sus sacerdotes, diáconos y comunidades”, y al finalizar agregó: “al terminar esta jornada, cuando digan junto a sus esposas y familia la oración de la noche, nunca se olviden de dar gracias a Dios por la forma cómo les ha salido al encuentro cada día. Si alguna vez se sienten tentados por el mal espíritu del orgullo o de la necesidad de reconocimiento, nunca dejen de decir esta frase misteriosa y verdadera que recibimos de labios del Señor: “nosotros somos simples servidores: no hemos hecho más que cumplir con nuestro deber”, concluyó Monseñor.