Un pesebre vivo que contó con la participación de gran parte de la comunidad.
En la encantadora villa Alto Mirador, ubicada en Barrancas, ha florecido un rincón de unión y alegría gracias al Centro Deportivo Cultural y Social Los Delfines, que desde hace ocho años se propuso mejorar la convivencia familiar en la comunidad. En el corazón de esta iniciativa se encuentra un evento especial que ha cautivado los corazones de residentes y visitantes: el pesebre.
La idea de darle vida entre las calles Manuel Montt y Florencia surgió entre algunos miembros de la comunidad vinculados a la parroquia Santa Luisa de Marillac, específicamente a la capilla San Alberto Hurtado. La propuesta fue prontamente aceptada, marcando así el comienzo de una tradición que ha ido ganando fuerza con el tiempo.
Todo comenzó la segunda quincena de diciembre, momento en que se vive un periodo mágico en Alto Mirador. Los vecinos de la villa y zonas circundantes se congregaron para participar en la celebración del pesebre. Para su inauguración, los Padres Escolapios bendijeron el nacimiento, seguido de villancicos, y luego, todos los presentes compartieron de una generosa chocolatada. “La comunidad se une en un espíritu de alegría que llena las calles, resaltando la importancia de la unión y el compartir”, comentó Claudio Morgado, quien participó del encuentro.
Al pasar los meses, la comunidad dio fin al nacimiento con una representación de pesebre vivo, en donde simularon la llegada de los Reyes Magos. Este evento fue acompañado por la bendición del Padre Aitor, las voces de un lindo villancico y finalizó con una rica chocolatada.
“El pesebre no es solo una celebración, es un catalizador del espíritu navideño en Alto Mirador”. Comentó Morgado y agregó en relación a lo vivido: “El ambiente familiar se destaca porque atrae a personas de todas las edades: niños, jóvenes, adultos y adultos mayores, quienes encuentran un espacio común para compartir y disfrutar. Las festividades navideñas toman vida en las calles, generando una energía positiva que se prolonga hasta la noche buena”, explicó.
La visita al pesebre se convierte en una tradición para muchas familias que encuentran en este evento una oportunidad para reflexionar y disfrutar en compañía de sus seres queridos. Es una actividad que, año tras año, atrae a más personas, fortaleciendo la conexión comunitaria.
“En tiempos donde la comunidad y la conexión entre vecinos son más valiosas que nunca, el Pesebre Anual en la comunidad Alto Mirador destaca como un faro de tradición y unificador social. Más que un evento, es una expresión tangible del espíritu navideño que ilumina corazones y fortalece la convivencia en esta hermosa comunidad de Barrancas”, concluye Claudio Morgado.