El pasado sábado 17 de junio se realizó un encuentro sobre prevención de abusos en nuestra diócesis relacionado con el caminar de la Conferencia Episcopal en torno al acompañamiento en estos casos de comunidades y personas. El objetivo fue informar a los agentes de base y a los párrocos que asistieron lo que indica la Conferencia Episcopal de Chile.
“Si bien ya existen protocolos para casos de abusos, el gran tema pendiente es el del acompañamiento recogiendo experiencias positivas que se deben institucionalizar”, afirmó el Padre Juan Pablo Miranda, Presidente del consejo diocesano de prevención de abusos, Vicario de Pastoral y Párroco de San Francisco de El Monte.
El consejo diocesano está empeñado en tres grandes líneas de trabajo. Una es continuar el proceso formativo que se inició el 2015 en agentes pastorales y personas en distintas instituciones para detectar casos de abusos y generar ambientes sanos y seguros.
“Este proceso ha ido súper bien, ya van más de 1.400 personas formadas a la fecha. Los agentes pastorales están en contacto con personas que van en búsqueda del Señor en las distintas comunidades, muchas de ellas con heridas, y deben ser escuchadas y atendidas, junto a todo el proceso de evangelización al que estamos llamados. Por eso es fundamental que los agentes estén preparados para ayudarlos a salir de esas situaciones de abuso que pueden estar viviendo”, destacó.
“Por otro lado, estamos empeñados en reforzar la organización e institucionalizar la prevención en la diócesis. El consejo diocesano está funcionando por decreto desde el año 2020, contamos con una oficina de recepción de denuncias en el obispado los días miércoles, de 10:00 a 13:00 hrs, y tenemos una orgánica que estamos intentando de implementar en las comunidades con un responsable de base que es parte del consejo parroquial y anima el tema de la prevención. Este último punto es muy necesario porque necesitamos que las directrices que nos entregue nuestro obispo o la Cech no queden solo en el ámbito de las ideas o del deber ser, sino que se traduzcan en conductas, iniciativas que promuevan el buen trato y la prevención en las comunidades”, recalcó.
Respecto al acompañamiento y la reparación las líneas guía de la Conferencia Episcopal plantean la necesidad de tener un acompañamiento tanto a las víctimas, victimarios y comunidades. “En ese sentido, como diócesis estamos empeñados en crear una red para eventuales víctimas y a las comunidades. Lo hemos hecho hasta el día de hoy pero no de una manera institucionalizada, sino a través de personas concretas que les hemos pedido ese servicio como psicólogos, psiquiatras, también sacerdotes. Se ha tratado de ayudar económicamente también en la medida de lo posible en sus tratamientos a personas que lo requieren. A su vez se ha hecho acompañamiento a las comunidades parroquiales por ejemplo visitando los consejos con el señor obispo que ha presentado la situación, a escuchar a la comunidad”, afirmó.
“En la diócesis de Melipilla, muy en línea con lo que ha planteado el Santo Padre y los obispos de Chile, toda denuncia formal se atiende, se investiga y si viene al caso se sanciona. En la diócesis no se encubren delitos como lo es un abuso sexual que nace de una mala concepción de la autoridad. Por eso queremos formar a las comunidades sobre el buen trato y a quienes trabajan en las parroquias”.
“Por último quisiera dar gracias ya que, si bien falta mucho, estamos muy contentos porque cada vez que se toca este tema, vemos mucha gente interesada, no solamente a nivel de parroquias, sino también de instituciones públicas que les interesan estos temas o de colegios. Siempre hemos tenido mucha gente, tanto en los cursos online como presencial, y por eso agradezco a todos los que han querido dar una mano y hacerse parte de este proceso que no sin esfuerzo se ha ido sacando adelante”, finalizó.