Con más de 50 diáconos presentes, y en un grato ambiente, se llevó a cabo el evento.
El pasado 8 de agosto, en la Catedral de la Diócesis de Melipilla, se conmemoró el Día del Diácono, un evento especial que reunió a cerca de 50 diáconos, acompañados por sus esposas. Este encuentro, organizado por el obispado, ofreció un espacio de celebración, fraternidad y agradecimiento por el servicio de estos hombres que han consagrado sus vidas al Señor.
Previo a la solemne eucaristía, los diáconos compartieron un momento de camaradería, fortaleciendo los lazos de comunidad entre quienes dedican su vida al servicio de la Iglesia. La misa fue presidida por el obispo de la Diócesis, Monseñor Cristián Contreras, quien destacó la importancia del cuerpo diaconal en la misión de la Iglesia, especialmente en tres dimensiones clave: la diaconía de la Palabra, la liturgia y, sobre todo, el servicio.
En su intervención, el Monseñor Cristián Contreras, subrayó el papel fundamental de los diáconos, quienes consagran su vida al Señor, primero a través del sacramento del matrimonio, como un signo visible del amor de Cristo por su Iglesia, y luego mediante el orden sagrado, dedicándose plenamente al servicio eclesial.
Durante la ceremonia, se realizó un reconocimiento especial a los diáconos que llevan 25 años o más en el ejercicio del ministerio, entregándoles diplomas que resaltan su dedicación y compromiso inquebrantable con la misión de la Iglesia. Fue un momento emotivo, que reafirmó la vocación de servicio y amor al prójimo que caracteriza a estos servidores de Dios.
El Día del Diácono es, sin duda, una ocasión para renovar el compromiso con el llamado de Cristo, viviendo la fe a través del servicio y la entrega, tanto en sus familias como en la comunidad eclesial.