Un legado de fe y protección en Isla de Maipo
La devoción a la Virgen de la Merced en Isla de Maipo no es solo una tradición religiosa, sino un símbolo cultural profundamente arraigado que une a la comunidad. Esta festividad, celebrada anualmente, renueva la confianza en la Virgen como protectora y guía, la cual tiene un impacto de devoción en la vida cotidiana de los habitantes.
Un milagro que perdura en la memoria
Una de las historias más significativas relacionadas con la Virgen de la Merced en Isla de Maipo es el llamado “milagro del río”, ocurrido a fines del siglo XIX. En medio de una violenta inundación que amenazaba con arrasar el pueblo, los huasos llevaron la imagen de la Virgen a la Puntilla de Lonquén, un área clave para contener el avance de las aguas. La comunidad prometió que, si la Virgen los protegía, llevarían su imagen en procesión cada año. Desde entonces, la festividad se ha mantenido como un acto de agradecimiento y lealtad.
El Padre César Campos destaca cómo esta tradición ha fortalecido la identidad de la comunidad: “Esta fiesta junta el agradecimiento, la confianza en que la Virgen nos protege, nos guía y cuida nuestras súplicas”. Para muchos, incluso aquellos que no profesan la fe católica, la Virgen de la Merced es un referente cultural y un símbolo de protección y unidad.
Preparativos y nueva vida a la tradición
La organización de esta festividad requiere meses de trabajo y dedicación. Este año, bajo el lema «En la oración María nos muestra el camino hacia Jesús», se llevaron a cabo diversas actividades orientadas a fortalecer la devoción. Entre las novedades, el Padre César menciona tres nuevas bendiciones: a motoqueros y motocicletas, a carretoneros y sus carretones, y a ciclistas y bicicletas, lo que refleja la capacidad de la celebración para adaptarse a los tiempos actuales sin perder su esencia.
Jorge Alfaro, quien estuvo a cargo de la organización de la festividad, describe su experiencia como algo profundamente enriquecedor. “Es de esas cosas que llenan el alma, no solo por el tema espiritual, sino porque es parte de la historia y la esencia de la comuna. Ser parte de la organización es algo que me llena de orgullo”. Alfaro destaca el trabajo en la elaboración del calendario, desde el lema hasta la planificación de las actividades diarias, y la incorporación de medios digitales para hacer partícipe a la comunidad en la fiesta. “No me imagino la vida de Isla de Maipo sin la presencia de la Virgen, es algo muy arraigado”, afirma.
Un encuentro de fe y amor
Durante la ceremonia principal, el mensaje central del Padre César fue claro: el amor a la Virgen de la Merced nos lleva al encuentro de Cristo. La oración, en sus múltiples formas, es el camino para fortalecer esta relación. “Mientras más amamos a la Virgen, más amamos al Señor”, expresó, invitando a los feligreses a vivir este amor en la vida diaria, con especial énfasis en la solidaridad con quienes sufren.
Por su parte, Jorge Alfaro resalta que la festividad tiene un impacto profundo en la vida cotidiana de los isleños. “Nos preparamos para estos días; muchas casas son adornadas y pintadas especialmente. Ahí es cuando uno dice que realmente impacta en la vida de cada uno de los isleños. Incluso personas de otras religiones participan, lo que es digno de destacar”.
Un cierre lleno de esperanza
Aunque las celebraciones comenzaron en agosto con el cuasimodo de la Merced y se extienden hasta el 1 de octubre con la misa en el cementerio. El día de la culminación, se celebró el 26 de septiembre, y se vivió especialmente emotivo. La comunidad abrió sus corazones a la Virgen, presentando sus vidas con la confianza de un hijo que habla a su madre.
La Virgen de la Merced sigue siendo un faro de esperanza y protección para la comunidad de Isla de Maipo, y su festividad, más allá de ser una tradición, se ha convertido en un espacio para renovar la fe, la confianza y el amor hacia Dios y la Virgen.