El evento resultó ser un encuentro de fraternidad y reflexión del presbiterio de Melipilla en la Parroquia Santa Rosa de Lima, Chocalán
En un ambiente de recogimiento y comunión, el pasado 1 de agosto, la Parroquia Santa Rosa de Lima, Chocalán fue el punto de encuentro del presbiterio de Melipilla. Desde temprano en la mañana, sacerdotes de distintas parroquias de la diócesis, junto a Monseñor Cristián Contreras, se reunieron para celebrar anticipadamente el Día del Santo Cura de Ars, patrono de los párrocos, cuyo día oficial es el 4 de agosto. Esta celebración, organizada como un acto de colegialidad, tuvo como objetivo fortalecer los lazos de fraternidad y compañerismo entre los sacerdotes, destacando la importancia de animarse mutuamente en el camino del sacerdocio.
Monseñor Cristián Contreras dio las palabras de bienvenida y enfatizó la importancia de la comunión entre los miembros del presbiterio, resaltando que el compañerismo y la fraternidad son esenciales para una vida sacerdotal plena y de servicio a la comunidad. «Animarnos mutuamente en el sacerdocio es vital en estos tiempos», expresó, invitando a los presentes a seguir el ejemplo del Santo Cura de Ars, conocido por su dedicación y amor a su comunidad.
A diferencia de las celebraciones tradicionales, la homilía de la misa fue un espacio de compartir vivencias. Tres sacerdotes de la diócesis ofrecieron sus testimonios sobre su vida sacerdotal: el Padre Marco Antonio Torres Salinas, Párroco de San Pedro; el Padre Fernando Martínez Pino, Párroco de Bollenar y el Padre Pedro Tapia Toro, Párroco de Santo Domingo. Cada uno de ellos compartió con honestidad y humildad sus experiencias, alegrías y desafíos en el sacerdocio, ofreciendo un momento de reflexión y agradecimiento. Estos testimonios, ofrecidos en un tono de acción de gracias, tocaron profundamente a todos los presentes, reforzando el espíritu de comunidad y apoyo mutuo.
El Padre Marco Antonio Torres Salinas habló sobre la importancia de la constancia y la oración en la vida sacerdotal, recordando que «cada día es una oportunidad para servir con amor». Por su parte, el Padre Fernando Martínez Pino destacó la necesidad de estar siempre cerca de la comunidad y de los más necesitados, mientras que el Padre Pedro Tapia Toro compartió su experiencia de encontrar fortaleza en la fraternidad sacerdotal, afirmando que «no estamos solos en nuestro ministerio; nos tenemos unos a otros».
Después de la misa, la jornada continuó con un momento de convivencia en el que los sacerdotes pudieron compartir no sólo un desayuno, sino también experiencias y reflexiones sobre su vida y ministerio. Este espacio permitió a los sacerdotes conocerse mejor, estrechar lazos y renovar su compromiso de vivir en fraternidad, apoyándose unos a otros en su misión pastoral.
El encuentro del presbiterio de Melipilla no solo fue una celebración anticipada del Día del Santo Cura de Ars, sino también una oportunidad para renovar el espíritu de comunión y colegialidad entre los sacerdotes de la diócesis.