El pasado sábado 12 de mayo celebramos con alegría a todos nuestros catequistas que sirven en tantas partes de nuestra diócesis de San José de Melipilla.
En la celebración de la santa misa, con ocasión de esta festividad, monseñor Cristián Contreras Villarroel los destacó como “mujeres y varones continuadores de la misión encomendada por Jesús resucitado en nuestras parroquias y comunidades eclesiales: anunciar el Evangelio”.
Agregó que “celebrar el día del catequista es la ocasión para volver al centro y la finalidad de la catequesis: es encontramos esencialmente con una Persona, la de Jesús de Nazaret, el Hijo eterno de Dios Padre, lleno de gracia y de verdad, que ha sufrido y ha muerto por nosotros y que ahora, resucitado, vive para siempre con nosotros”.
En sus palabras nuestro obispo recordó también que la misión del catequista no es solo la de enseñar un texto, sino que enseñar como Jesús. Con palabras y obras. Es Jesús misionero y catequista que enseñó como un auténtico maestro: con su palabra, discursos y parábolas. Pero también enseñó con su original modo de acoger y de valorizar a las mujeres, a los niños, a los pobres, a los leprosos, a los pecadores, a los extranjeros”.
“Queridos catequistas, ustedes son los continuadores de una obra que Jesús confió a los discípulos antes de su Ascensión a los cielos: hacer resonar a viva voz las obras y palabras de vida del Señor. La etimología de la palabra griega catequesis, significa producir un eco, hacer resonar algo escuchado y experimentado”, destacó.
Para finalizar les agradeció su “cercanía y su colaboración leal y sacrificada. Pienso en la catequesis bautismal,de preparación a la primera comunión, de confirmación y de preparación a los futuros esposos. Pienso en las religiosas que trabajan en las parroquias y colegios; en los diáconos permanentes y sus familias, y en tantas personas que con el testimonio de su vida siguen haciendo resonar el Evangelio de Jesucristo” .