La Parroquia Virgen Medianera de Cartagena celebró con gran participación el Domingo
de Ramos, renovando el llamado a seguir a Jesús con un corazón fiel y esperanzado.
La primera parte de la celebración tuvo lugar en la Plaza de Armas de Cartagena, donde
se congregaron entre 200 y 300 personas para la bendición de los ramos. “Se lee el
Evangelio, se realiza la bendición de los ramos y luego, en procesión, entramos al templo
parroquial”, relató el Padre Alejandro Salazar, párroco de la comunidad.
La gran afluencia de fieles marcó la jornada. “Nos pasa que la celebración es tan
concurrida que, además de las bancas del templo, debemos agregar sillas para poder
acomodar a todos los participantes”, explicó el Padre Alejandro. Además, la celebración
contó con la presencia de autoridades locales, como algunos concejales y la alcaldesa
de Cartagena, Lidia Silva García.
Un Domingo de Ramos fortalecido por el llamado a la esperanza
Este año, la celebración tuvo un matiz especial marcado por el espíritu del Año Jubilar.
“Se fortaleció la idea de la esperanza, recordando que esta Semana Santa es la Semana
de la Esperanza, donde Dios nos regala su amor para fortalecernos en la virtud de esperar
con fe”, expresó el Padre Alejandro, destacando el mensaje central que impregnó la
jornada.
Desde su experiencia como agente pastoral, Teresa Olivares subrayó la profundidad
del significado que tiene este día para la comunidad cristiana: “El Domingo de Ramos
significa reconocer a Jesús como Rey y Salvador nuestro. También es preparar el corazón
20 Diócesis San José – IGLESIA DE MELIPILLA
para acompañarlo en su pasión, muerte y resurrección, preguntándonos si seguimos de
corazón a Jesús”.
Durante la homilía, el llamado fue claro: no basta con aclamar a Jesús con los labios.“Se
nos invitó a seguirlo con el corazón, incluso en la cruz. A vivir la Semana Santa con
fe auténtica y perseverante, cargando nuestras cruces con amor y confiando en las
promesas de la resurrección”, compartió Teresa Olivares.
La procesión hacia el templo estuvo marcada por cantos de alegría y profunda reflexión.
Con los fieles sosteniendo sus ramos bendecidos, la comunidad caminó acompañada
del Padre Alejandro y los diáconos. “Fue un momento de gran alegría, pero también
de recogimiento, animándonos a mirar nuestro corazón y a vivir una fe coherente y
constante”, añadió Olivares.
Una celebración que invita a la fidelidad
El Domingo de Ramos en Cartagena dejó una enseñanza profunda: la fe no debe ser
movida solo por emociones pasajeras. “El Señor no busca aplausos ni palmas pasajeras,
sino corazones entregados que lo sigan en todo momento, en la gloria y en la cruz”,
reflexionó Teresa.
La celebración fue una verdadera invitación a vivir una fe sincera y comprometida,
renovando la esperanza y reafirmando el deseo de caminar fielmente junto a Cristo en el
misterio de su Pasión y Resurrección.