Cerca de 200 catequistas se reunieron en Talagante para reflexionar y fortalecer su formación, retomando una tradición de 15 años.
El pasado sábado 1 de junio, la diócesis reunió a aproximadamente 180 catequistas en la Parroquia Sagrado Corazón de Talagante para un encuentro que, después de 15 años, retomó una antigua tradición. El evento contó con la participación del Vicario General y el Vicario de Pastoral, el padre Juan Pablo, junto con otros sacerdotes de diversas parroquias, incluyendo al padre Marco Antonio de la Parroquia San Pedro, el padre César de la parroquia de Isla de Maipo y el padre Carlos, anfitrión del evento.
Favio Fatigante, coordinador del proyecto de actualización materiales y procesos catequesis sacramental diocesana, fue uno de los organizadores, y compartió detalles sobre el propósito del encuentro: «Nos reunimos para reflexionar acerca de nuestra gran alegría en la catequesis y nuestras grandes esperanzas de futuro».. La jornada se centró en afinar y construir elementos del perfil del catequista, previamente trabajados en los encuentros de 2023, en coherencia con el directorio general de la catequesis.
Además de la reflexión, los asistentes trabajaron en el plan de formación para catequistas. «Finalmente, cerramos con un espacio de adoración al Santísimo, donde los catequistas prepararon su corazón para celebrar Corpus Christi el domingo siguiente», añadió Fatigante.
Las evaluaciones del encuentro fueron muy positivas, destacando el deseo de reunirse más frecuentemente entre parroquias y valorar la posibilidad de compartir experiencias. «La alegría de poder encontrarse y escuchar cómo se vive la catequesis en otras parroquias fue muy valorada», dijo Fatigante. Aunque algunas parroquias no pudieron asistir, la participación de 17 parroquias fue significativa.
Los catequistas expresaron el deseo de más acompañamiento por parte de los párrocos y la necesidad de más espacios de retiro, preferiblemente de un día completo, para facilitar el acceso. «El acompañamiento espiritual por parte del obispado es muy deseado», afirmó Fatigante, destacando la importancia de construir una iglesia sinodal desde la base, respetando y escuchando la opinión y experiencia de los laicos, y acompañándolos debidamente.
Este encuentro no sólo reavivó una antigua tradición, sino que también sentó las bases para futuros encuentros más frecuentes y enriquecedores, fortaleciendo la comunidad de catequistas y su servicio.