Por Roberto Sepúlveda M.
El proceso que conduce al sínodo de la Iglesia universal sobre la sinodalidad convocado por el papa Francisco, en 2021, entra en una nueva etapa denominada Etapa Continental, la cual está inspirada en el texto del profeta Isaías, pronunciado en un momento muy especial del pueblo de Israel.
A las puertas de finalizar el exilio en Babilonia y retornar a la tierra de la promesa, el pueblo es invitado a extender la tienda para acoger, encontrarse y celebrar la alegría de ser objeto de la misericordia de Dios. La tienda extendida es imagen de la Iglesia acogedora, sinodal, signo de esperanza y alegría para el mundo.
La etapa continental se ha concretado a través de un documento de trabajo elaborado por la Secretaría General del Sínodo. Este documento recoge los aportes de las diócesis de los países del mundo. La etapa nacional concluyó en agosto de 2022. Simultáneamente, los demás continentes se encuentran en misma fase del proceso.
El proceso sinodal refuerza la eclesiología del Vaticano II que, en América Latina, se ha acogido y profundizado a través de las Asambleas Plenarias del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM). El CELAM reúne las conferencias episcopales de América Latina y el Caribe.
Este Consejo nació en la Asamblea de Río de Janeiro, en 1955. Encuentro convocado por Pio XII. Siguieron las Asambleas de Medellín (1958), que recogió el acontecimiento conciliar y lo aplicó en América Latina; Puebla (1979), Santo Domingo (1992), Aparecida (2007).
Las Asambleas han sido un camino eclesial que nos ha ayudado a descubrir la riqueza de la vocación bautismal y la corresponsabilidad que surge de ahí. Así hemos aprendido que todos los bautizados formamos el pueblo de Dios y que a todo el pueblo de Dios le corresponde anunciar la alegría del evangelio.
El proceso sinodal es, por tanto, un proceso de conversión eclesial que nos ayuda a renovar nuestra pertenencia al pueblo de Dios que peregrina en nuestras diócesis y, en particular, en la nuestra, y con ello, escuchar la voz del Señor que nos llama a hacer de nuestra Iglesia una tienda de encuentro y acogida, de diálogo y de esperanza para todos. Es la llamada a tomar conciencia de ser, como nos ha dicho el papa Francisco, el “santo pueblo de Dios, ungido por el Espíritu”.
La noción de sinodalidad viene de los inicios de la iglesia y consiste en caminar juntos con la conciencia de ser pueblo de Dios, cuerpo místico de Cristo. Quizás más de alguno se habrá preguntado ¿Qué tiene que ver con nosotros como diócesis de Melipilla? ¿En qué nos afecta y cómo puede ayudar a nuestra labor pastoral? La respuesta a estas preguntas es doble. Por una parte, se nos invitó a participar en el proceso sinodal que coincidió con el tiempo de la pandemia. Hubo muchos encuentros de diálogo y reflexión sobre diversos temas propios de este proceso. Por otra parte, nuestra diócesis elaboró las Orientaciones Pastorales 2023-2026. Este documento contiene los lineamientos para la pastoral diocesana en el próximo trienio.
Las OOPP serán un instrumento muy propicio para crecer en la experiencia sinodal y con ello renovarnos en la corresponsabilidad eclesial que a todos nos compete.