En compañía de nuestro obispo, monseñor Cristián Contreras Villarroel, el párroco de Cristo Rey de Llolleo, Guillermo Allende, los diáconos, ministros extraordinarios de la Eucaristía, catequistas, madrugadores, camareras, misioneras de la Virgen, las comunidades de capillas, las catequistas, los fieles se celebró la solemnidad de Cristo Rey el pasado domingo 26 de noviembre.
Durante la celebración de la Santa Misa monseñor Contreras dijo que “es un día para dar gracias a Dios por todas las personas que nos enseñaron las primeras oraciones, la catequesis de la vida, la que se aprende en la casa: Sean buenos y no malos, digan la verdad, no digan mentiras, sean solidarios, atiendan a los más necesitados y a los más pobres. Es la catequesis de la vida”.
“Culminamos el año litúrgico con esta solemnidad de Cristo Rey para luego iniciar el tiempo de Adviento que nos preparará para celebrar el misterio del nacimiento del hijo eterno de Dios en medio de la humanidad. Celebraremos al Dios que es, al Dios que viene en cada persona y en cada acontecimiento, y al Dios que vendrá. Ese es el misterio de la venida final de Cristo en su trono de gloria”, afirmó.
“Es un evento que esperamos, que anhelamos. Ven Señor Jesús, decimos después de la Consagración, ustedes aclaman la asamblea, anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección, ven Señor Jesús. El Evangelio de este domingo une el misterio de Cristo Rey y el de su venida final”, destacó.
“Es importante ver cómo Jesús hace que lo identifiquemos en esta tierra. Tuve hambre, tuve sed, fui forastero, estuve enfermo, estuve preso ¿Fueron a visitarme, me tendieron una mano? Hay una presencia sacramental real de Cristo pero también hay otras presencias no sacramentales pero no por eso menos reales. Es la presencia de Cristo que se identifica con los débiles, con los pobres, con los enfermos”, concluyó.