Jóvenes de todas partes del mundo llegaron hasta Lisboa, Portugal, para vivir junto al Papa Francisco, la Jornada Mundial de la Juventud.
La cita congregó a más de un millón y medio de peregrinos, de los cuales, cerca de 2.000 eran chilenos.
El millón y medio de peregrinos en Portugal se acerca mucho a los dos millones de feligreses que se calcula, llenaron Madrid en 2011. Las cifras de Cracovia en 2016 fueron de tres millones y medio, mientras que, en Río de Janeiro, en el año 2013, se congregaron otros tres millones de jóvenes. Sin embargo, el récord de asistencia lo sigue ostentando Manila, Filipinas el año 1995, donde se calcula que hubo 4 millones de peregrinos en los encuentros con San Juan Pablo II.
Entre los eventos de este viaje internacional del Papa, hubo 5 momentos que se destacan. Uno de ellos fue la ceremonia oficial de bienvenida con las autoridades civiles y religiosas, el miércoles 2 de agosto. En la ocasión, el Papa Francisco reflexionó sobre la urgencia de retomar “la oración de adoración” ante el Sagrario, en un mensaje dirigido a los obispos, sacerdotes, diáconos, consagradas y seminaristas.
Según Francisco, “sólo en la adoración, sólo ante el Señor se recuperan el gusto y la pasión por la evangelización. Curiosamente, la oración de adoración la hemos perdido. La hemos perdido, y todos: sacerdotes, obispos, consagradas, consagrados, laicos, tienen que recuperarla. Es estar en silencio, delante del Señor”.
Otro de los momentos memorables fue la visita a la localidad de Fátima, por segunda vez en su Pontificado. Tras rezar el Rosario y escuchar las Palabras de saludo del obispo local, el Papa dijo: “La pequeña capilla en la que nos encontramos es como una hermosa imagen de la Iglesia: acogedora, sin puertas. La Iglesia no tiene puertas, para que todos puedan entrar. Y aquí también podemos insistir en que todos puedan entrar, porque esta es la casa de la Madre, y una madre siempre tiene el corazón abierto para todos sus hijos, todos, todos, todos, sin exclusión”.
La vigilia, realizada en el Campo de Gracia a las orillas del Tajó, también fue un momento emocionante de este encuentro con los jóvenes, para luego, al día siguiente, celebrar la Santa Misa de cierre de la JMJ de Lisboa 2023.
El Pontífice alentó a los más de 1 millón y medio de peregrinos a “caminar en esperanza, mirando nuestras raíces, sin miedo”.
“Caminar y, si uno se cae, levantarse; caminar con una meta; entrenarse todos los días en la vida. En la vida, nada es gratis. Todo se paga. Sólo hay una cosa gratis: el amor de Jesús”, afirmó.
El Santo Padre agradeció a los jóvenes peregrinos que llegaron de todas partes del mundo para participar en esta JMJ y comentando el lema del evento, «partió y fue sin demora» (Lc 1,39), el Pontífice destacó que “María realiza un gesto no pedido, no obligatorio, María va porque ama, y «el que ama, vuela, corre y se alegra». Eso es lo que nos hace el amor”. Cabe destacar que otro evento que llamó mucho la atención y que no estaba en la agenda, fue una reunión del Papa con las víctimas de abusos sexuales cometidos por clérigos. En febrero de este año, una comisión independiente en Portugal emitió un reporte por los abusos contra menores cometidos por clérigos. Entre 1950 y 2022, al menos 4.815 niños habrían sufrido algún tipo de abuso. En su conferencia del domingo de regreso a Roma, el Papa refrendó su tolerancia cero ante esos casos y precisó que se está trabajando también en la iglesia de Portugal para erradicar y prevenir esos crímenes en la Iglesia.
La próxima JMJ será por primera vez en Seúl en 2027. Además, el Papa invitó a los peregrinos a reunirse en Roma el 2025 para celebrar el Jubileo de los jóvenes.