El pasado 10 de agosto en la localidad de Chocalán, el Club de Tenis de Melipilla celebró sus 80 años de existencia con una visita muy especial: Jaime Fillol, tenista chileno de renombre internacional, fue el invitado de honor en este aniversario, donde compartió con los socios, familias y niños del club y con monseñor Cristián Contreras Villarroel, obispo de la diócesis.
Acompañado por tres de sus nietos, Pablo, Eva y Sara García Fillol, Jaime participó en un cálido encuentro que fortaleció la relación comunitaria entre la Iglesia y la comunidad deportiva.
Don Cristián agradeció a José Aguilar Oyarce, presidente del Club de Tenis de Melipilla, y después hizo una reseña de su vínculo de cercanía con Jaime Fillol: “Agradezco de corazón la invitación que me han realizado para estar presente en este hermoso día en que los visita don Jaime Fillol”. Entre los muchos recuerdos, don Cristián destacó que el sábado 17 de mayo de 2014, a días de asumir la diócesis de Melipilla, celebró la Santa Misa en el Parque Bicentenario de Vitacura, en la jornada “Encuéntrate”, animada por el sacerdote Osvaldo Fernández de Castro. El tema fue la Caridad y se juntaron decenas de fundaciones a mostrar lo que hacen por el prójimo. Hubo charlas, exposiciones, juegos, lugares de oración y de encuentro. Participaron cerca de 15 mil personas. Don Cristián recordó que después de la Misa, en una noche fría, en un toldo que hacía de sacristía, don Jaime llegó a despedirse con su querida esposa Mindy.
Ya en la diócesis de Melipilla, en la Plaza de Talagante, se realizó una hermosa fiesta de inicio de la preparación de la visita del Papa Francisco a Chile. Allí estuvo don Jaime con familiares. Por otra parte, don Jaime Fillol, recibió la condecoración “Apóstol Santiago”, del Arzobispado de Santiago. Un reconocimiento a su fe cristiana y adhesión eclesial.
El obispo señaló que “don Jaime es hombre de fe profunda, fraguada en las alegrías y también en los dolores como el fallecimiento de Mindy”.
Finalmente, don Cristián, hizo un llamado a los miembros del Club de Tenis: “tenemos una labor social impresionante de aportar como deporte a los niños y jóvenes, en el contexto de un Chile violento, con el crimen organizado, la trata de personas, el narcotráfico que se ha tomado nuestros barrios y espacios públicos. Todos quienes amamos el deporte, tenemos mucho que aportar”.
Posteriormente, como revista, tuvimos la oportunidad de realizar una entrevista exclusiva a Jaime Fillol, quien ha dado testimonio público de su fe en numerosas ocasiones, relacionándola con su carrera deportiva.
A lo largo de los años, Jaime Fillol ha compartido en diversas plataformas su visión sobre la fe y el deporte. En una entrevista con Radio María, por ejemplo, comentó sobre la similitud entre la confianza en la cancha y la confianza en Dios. También, en una conversación con el diario El Mercurio, Fillol habló sobre cómo su fe ha sido una guía constante a lo largo de su carrera.
Reflexiones de Jaime Fillol
En la entrevista para nuestra revista, Fillol continuó explorando esta relación intrínseca entre la fe y el deporte. “La relación entre ambos es natural para mí”, comentó.
Citando a San Pablo, recordó cómo el apóstol comparó la lucha en el deporte con la lucha por la vida eterna: “Así como en el deporte se lucha por el logro de ramos de olivo, en la fe se lucha por el logro de la vida eterna”.
Para Fillol, estas palabras encapsulan la similitud entre la disciplina necesaria en el deporte y la dedicación que requiere la vida de fe. Don Jaime también resaltó la importancia de la confianza, tanto en la cancha como en la vida espiritual.
“En el tenis, no hay mejor sensación que hacer un golpe y sentir la seguridad de que caerá adentro”, explicó. Esta confianza, según él, es comparable a la fe en Dios. “Para encontrarme con Jesús, debo soltarme de lo que me frena y confiar plenamente en su plan, del mismo modo que debo liberarme de mis dudas para jugar bien”, reflexionó.
El deporte como medio, no como fin
Un tema que Fillol destacó en su entrevista es la importancia de ver el deporte como un medio para una vida mejor, no como un fin en sí mismo. Dirigiéndose a padres, entrenadores y jóvenes, advirtió: “El deporte es una herramienta poderosa para el desarrollo integral, pero no debe convertirse en una obsesión o en el único propósito de vida”.
Jaime enfatizó que el deporte, especialmente en la niñez y juventud, debe ser una fuente de disfrute. “Todos los jóvenes son potenciales deportistas. Anda a jugar y disfrútalo sin pensar en que es difícil y sacrificado. Eso no es deporte”, señaló.
Además, subrayó que es responsabilidad de los adultos y entrenadores acompañar a los jóvenes en su desarrollo deportivo, ofreciéndoles oportunidades para crecer sin presionarlos. Este enfoque en el juego como un espacio de crecimiento personal y comunitario, donde no existen rivales sino compañeros, refleja los valores cristianos que Fillol considera esenciales tanto en el deporte como en la vida.
Un testimonio de fe que inspira
La reflexión de Jaime Fillol, compartida en esta entrevista, ofrece una perspectiva excelente sobre la intersección entre la fe y el deporte. Su vida y carrera son un testimonio de cómo la confianza en Dios puede guiar a una persona a través de los desafíos más grandes, ya sea en la cancha o fuera de ella.
Fillol nos recuerda que la fe no es solo una práctica espiritual, sino una forma de vivir que puede ser aplicada en todos los aspectos de la vida, incluyendo el deporte. Su testimonio es una fuente de inspiración para todos aquellos que buscan encontrar un equilibrio entre la dedicación deportiva y una vida de fe plena.