Nuestra Iglesia chilena ante el resultado del plebiscito

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Posterior al resultado de la votación que concluyó en el rechazo a la propuesta constitucional, el Comité Permanente del Episcopado chileno emitió una declaración que quisiéramos destacar en sus puntos más importantes a modo de reflexión.

 

En primer lugar, nuestros pastores recalcaron la tendencia de la mayoría de los chilenos de valorar los acuerdos. En esta línea, esperan que los líderes políticos caminen por esa senda para avanzar juntos ante los desafíos que Chile tiene, entre ellos, temas como la seguridad, la salud, las pensiones, el crecimiento económico y la educación.

 

Según los obispos “la mayoría de la ciudadanía ha rechazado una nueva propuesta constitucional. No cabe sino aceptar la soberanía popular, expresada a través de un ejercicio plenamente democrático. Todos estamos llamados a enmarcar nuestra vida política y social bajo la Constitución política vigente, con estricto respeto al estado de derecho y a las normas democráticas que nos rigen”.

 

Agregan que el país ha realizado en un corto periodo dos procesos constitucionales que han terminado con el rechazo del texto propuesto. En este sentido, creen que la mayoría de los chilenos valoran los acuerdos y los grandes consensos en materia social y política, y esperan que sus líderes avancen por esa senda.

 

“Los últimos años han estado marcados por la polarización y la fragmentación, provocando en la población un distanciamiento y desvalorización de la vida política, lo que no hace bien a nuestra democracia. Por eso, reiteramos que es necesario que nos dispongamos con más decisión a avanzar juntos, abordando con premura los urgentes desafíos sociales y políticos que Chile tiene, más allá de nuestras legítimas diferencias y pluralidad de miradas”, afirman.

 

Entre los desafíos que el país debe abordar con más urgencia estarían las problemáticas de la seguridad, la salud, las pensiones, el crecimiento económico, la educación “y todo lo que contribuya a un clima de mayor paz y relaciones más justas entre nosotros. Ante estos retos, la respuesta de los dirigentes políticos no puede ser vivir enfrentados unos contra otros, sino alcanzar acuerdos que vayan en favor de todos, especialmente de los más pobres y postergados”, finalizan.

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