La comunidad de la parroquia Nuestra Señora del Rosario honró a su patrona con una semana de celebraciones litúrgicas y momentos de unión familiar y espiritual.
Para honrar a la Virgen del Rosario, cuya fiesta se celebra el 7 de octubre, la parroquia Nuestra Señora del Rosario de Peñaflor organizó una semana completa de actividades espirituales, pensadas para cada miembro de la comunidad parroquial. Fue una semana llena de momentos significativos, donde la fe y la unidad se manifestaron en cada detalle y celebración.
Todo comenzó el sábado 5 de octubre, después de la misa, con una noche de adoración y alabanza al Santísimo, guiada por el cantante católico Fernando Leiva. “Con sus cantos, nos introdujo en una adoración muy profunda y bella”, destacó el padre Álvaro de la Espada, resaltando el ambiente de recogimiento y gratitud que se vivió en la parroquia.
El domingo 6, antes de la misa del mediodía, se realizó una procesión por las calles cercanas, donde la imagen de la Virgen del Rosario fue llevada por los feligreses en un recorrido adornado en su honor. Con cantos y el rezo del rosario, la comunidad se unió en oración, llenando de espiritualidad y alegría cada rincón de Peñaflor.
El lunes 7, día de la Virgen, la celebración tuvo un enfoque especial en los adultos mayores de la parroquia, quienes participaron en el rezo del rosario y recibieron la unción de los enfermos, un acto de gracia y fortaleza que brindó consuelo y esperanza a quienes más lo necesitaban.
“Durante toda la semana vivimos momentos muy significativos, en los que nuestra comunidad parroquial se sintió más unida que nunca”, compartió el padre Álvaro, recordando cómo cada día estuvo dedicado a una intención particular.
El martes fue el turno de la misa por las familias, y el miércoles se ofreció una celebración con los papás y niños de la catequesis, además de los jóvenes que se preparan para la confirmación. En esta ocasión, se presentó el nuevo coro juvenil, Shalom, que fue recibido con gran entusiasmo y aplausos por la comunidad.
El jueves, la parroquia dedicó la misa a los hermanos migrantes que forman parte de la comunidad, destacando la diversidad y el espíritu de acogida que caracteriza a Nuestra Señora del Rosario. Finalmente, el viernes se celebró una Eucaristía en memoria agradecida de los hermanos fallecidos que, en vida, dedicaron su tiempo y esfuerzo al servicio de la parroquia como catequistas, ministros de la Eucaristía, integrantes del Encuentro Matrimonial y diáconos. Fue un momento lleno de emoción, en el cual se recordó a cada uno de ellos con una reseña especial al inicio de la misa.
“Celebramos a nuestra Madre con alegría, devoción y poniendo en sus manos el caminar de nuestra querida parroquia”, expresó el padre Álvaro, reflejando el sentir de una semana que quedará en el corazón de todos los feligreses de Peñaflor como un verdadero tributo a la Virgen del Rosario y un impulso renovado para la comunidad en su fe y compromiso cristiano.
La semana culminó con el reconocimiento del rol de cada miembro de la parroquia y una oración común, pidiendo que la Virgen del Rosario continúe iluminando el camino de esta comunidad en su misión de servicio y amor cristiano.