Con una alta participación, la comunidad de Llolleo reunió a muchas familias, niños, jóvenes, adultos y adultos mayores en las diversas celebraciones de Semana Santa.
Los fieles de las 11 comunidades recorrieron las calles de las poblaciones y se congregaron en el Templo y en distintas capillas para acompañar a Cristo en su entrada a Jerusalén el Domingo de Ramos. “Tal como en la época de Jesús, vimos una ‘gran multitud’ alabando al Señor”, destacó Pilar Bravo Espinoza, Coordinadora Parroquial y Catequista.
El miércoles santo varios agentes pastorales acompañaron a su párroco Guillermo Allendes a la Misa Crismal en la Catedral. “Los párrocos no deben estar solos porque tienen a su comunidad que también es su familia”, explicó Pilar.
Agregó que “el Jueves Santo estuvo cargado de emociones donde representantes de los grupos vivos tales como las Camareras de la Virgen del Carmen, las Peregrinas de la Virgen de Schoenstatt, los varones Madrugadores y las Catequistas representaron a los doce apóstoles para el lavado de pies.
Fue un momento donde el amor buscó ser representado en el servicio a los demás”. Luego se llevó a cabo la Adoración al Santísimo, orando con cantos y reflexiones sobre “la entrega amorosa que solo el Señor ha podido hacer por el mundo entero”, destacó.
El Viernes Santo hubo un retiro espiritual en la mañana dirigido por el párroco y a las 15:00 hrs. se celebró la Liturgia de la Pasión llena de símbolos tales como: el altar despojado de su vestidura, la postración del sacerdote y los diáconos, el silencio, los improperios o lamentos de Cristo a su pueblo, el canto a los dolores de la Madre (Stabat Mater) y la adoración a la Santa Cruz.
En la tarde del Viernes Santo las comunidades se agruparon de a dos o tres para realizar el Vía Crucis en las diferentes poblaciones, algunos representando las estaciones con los niños y jóvenes de la catequesis Eucarística y de Confirmación y otros con altares en casas y pendones con las escenas de cada estación.
“En el Vía Crucis se notó que había mucha gente que deseaba subir rezando y cantando hasta donde está la gran escultura del Cristo crucificado. Realizamos al inicio y antes de comenzar a recordar el camino del calvario de nuestro Señor, el signo de lavarnos las manos con un poco de agua y sentir así que nuestro corazón se arrepiente de muchas cosas. En la primera estación se entregó un trozo de lana roja y dos palitos para que cada uno de los fieles realizara con sus manos una cruz recordando sus propias faltas y alejamientos de Dios”, recordó.
“El Sábado Santo todos esperábamos con ansias la Vigilia Pascual. Todo nos lleva a vivir la experiencia de esperar la luz de Cristo Resucitado en nuestros corazones. Nuevamente había mucha gente en nuestro Templo y también en la Capilla Nuestra Señora de la Providencia donde con mucho cariño el Padre Gerardo Alquemade celebró la Vigilia Pascual”, explicó Pilar.
“El día Domingo de Gloria pensamos que no habría tanta gente en la Misa de 12 pero estaba lleno nuestro Templo Parroquial. Familias, ancianos, jóvenes, adultos y niños nuevamente reunidos en torno a la Mesa del Señor Resucitado”, finalizó.