TRADICIONAL TE DEUM EN CATEDRAL DE MELIPILLA

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En la Catedral de Melipilla celebramos el pasado viernes 15 de septiembre el tradicional Te Deum de Fiestas Patrias, oportunidad en que nuestro pastor recalcó la importancia de la unidad, la compasión y el bien común en la sociedad chilena, al tiempo que revisó los desafíos y problemas que enfrenta el país.

 

 

Monseñor recordó que en estos días las familias se reúnen y las comunidades se unen para conmemorar. “El “18” nos hermana y es expresión de lo queremos ser: Chile un hogar para todos, también para nuestros hermanos que provienen de otras latitudes, huyendo de regímenes totalitarios, con la esperanza de tener mejores expectativas de una vida más plena”.

 

 

El obispo destacó la importancia de tener a Dios presente y alabarlo. “Por eso nos detenemos, contemplamos la vida y elevamos esta acción de gracias a Dios, pidiendo que nos siga sosteniendo en la construcción de una nación más justa, fraterna y en paz”.

 

 

Luego, hizo hincapié en la importancia de la celebración del Te Deum del 18 de septiembre como un acto litúrgico y republicano, recordando la tradición patriótica desde 1811, enfatizando en la necesidad de agradecer por los dones recibidos y por las obras benéficas y sociales que contribuyen al bienestar de la sociedad.

 

 

Don Cristián señaló que estos días son también momentos para recordar y reflexionar sobre los desafíos y problemas que enfrenta la sociedad chilena, como la falta de tratamiento adecuado para personas con discapacidades y otros problemas sociales. También aludió a los desafíos globales, como la persecución religiosa en otros países (como Nicaragua) y la falta de respeto por los derechos humanos.

 

 

También, el pastor reflexionó sobre la importancia de recuperar la noción de “bien común” y la identidad nacional como pueblo: “La diferencia entre un pueblo y una masa humana está en que el pueblo tiene una identidad vocacional, en nuestro caso el “alma de Chile”. Una masa, en cambio, es una agrupación impersonal, susceptible a todo tipo de manipulación ideológica y de populismos. A eso se arriesga en la Patria”.

 

 

“Al parecer, solo estamos produciendo más irritación, enfrentamiento y desencuentro entre los chilenos. Nuestra convivencia social se parece a esas familias que, lamentablemente, no pueden sentarse a la mesa sin discutir y como se dice en buen chileno: “tirándose los platos por la cabeza”. ¿Hay algo más triste que las peleas al momento de compartir los alimentos? No queremos que nuestro amado Chile siga siendo esa tierra de desencuentro en que pareciera estar convirtiéndose”, expresó don Cristián, apelando a la necesidad de superar la división y la agresión en la sociedad chilena, invitando a buscar un proyecto unificador de justicia y paz.

 

 

 

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