Erika Álvarez G., Directora de Caritas Melipilla, destacó los desafíos y estrategias
clave para enfrentar las amenazas que afectan a nuestra región, subrayando el papel
fundamental de la prevención y el trabajo comunitario.
Chile, por su ubicación geográfica y características geofísicas, está expuesto a múltiples
amenazas que requieren un enfoque integral para su prevención y mitigación. “Nuestro
país enfrenta riesgos de origen natural, antrópico y socio-natural, lo que demanda
estrategias que aborden estos fenómenos desde sus raíces y promuevan la preparación
comunitaria”, explicó Erika Álvarez, Directora de Caritas Melipilla.
Durante la temporada de verano, los incendios forestales representan una de las
amenazas más comunes, especialmente en zonas de interfaz urbano-forestal, donde
coexisten áreas naturales con asentamientos humanos. “Una gran proporción de estos
incendios son provocados por la intervención humana y afectan gravemente a sectores
poblados, poniendo en riesgo vidas y bienes”, señaló Erika.
Para enfrentar estos desafíos, Caritas Melipilla trabaja en la creación de un Plan de
Respuesta a Emergencias y Desastres, destacando la importancia de la prevención
como eje prioritario. “La prevención y el trabajo comunitario son claves para reducir la
vulnerabilidad y aumentar la resiliencia de nuestras comunidades frente a los riesgos”,
enfatizó.
En la diócesis de Melipilla, ya se han desarrollado experiencias exitosas de prevención,
aunque Erika subrayó la necesidad de avanzar hacia un trabajo más sistemático. Frente
a cualquier catástrofe, Caritas Diocesana articula campañas de respuesta junto a redes
locales y nacionales, integrándose a las iniciativas de Caritas Chile. “Desde el programa
Medio Ambiente, Gestión del Riesgo y Emergencias (MAGRE), se desarrolla un trabajo
permanente con estándares internacionales de ayuda humanitaria”, destacó.
Campaña “Juntos prevenimos incendios forestales”
Una de las iniciativas más importantes es la campaña “Juntos prevenimos incendios
forestales”, liderada por Caritas Chile en colaboración con Senapred y Conaf. Esta
campaña tiene como objetivo central el trabajo preventivo en las comunidades.
“Estrategias como la organización de comités locales, limpieza y desmalezamiento de
terrenos, acceso al agua cerca de las viviendas y la revisión de conexiones eléctricas
son esenciales para mejorar las respuestas locales y fortalecer las redes de prevención”,
explicó Erika.
Además, enfatizó que estas medidas, aunque simples, tienen un impacto significativo.
“La prevención local no solo reduce las catástrofes mayores, sino que también empodera
a las comunidades, ayudándolas a ser protagonistas en la protección de sus territorios
y vidas”, afirmó.
“Como Iglesia, estamos llamados a trabajar juntos para proteger nuestra casa común y a
nuestros hermanos más vulnerables”, concluyó Erika, quien extendió una invitación a la
comunidad a sumarse activamente a estas iniciativas.
La prevención y el trabajo comunitario no solo fortalecen la resiliencia ante desastres,
sino que también son una expresión concreta del cuidado del prójimo y del medio
ambiente
