La parroquia Nuestra Señora del Carmen vivió una celebración llena de signos que
invitaron a la comunidad a descubrir el amor y la manifestación de Jesús en medio
de nosotros.
La parroquia Nuestra Señora del Carmen de Curacaví celebró la solemnidad de la Epifanía
con una Eucaristía especial al mediodía. El Padre Alex Ponce, Párroco de la parroquia,
destacó: “Fue una hermosa celebración con gran participación de la comunidad y el
compromiso de la pastoral de padres de niños acólitos, quienes prepararon con mucho
cariño esta fiesta”.
La misa, presidida por el Padre Alex y acompañado por el diácono Benjamín Ruz, fue un
encuentro que invitó a los fieles a contemplar el misterio del amor divino. “El gran signo
del amor de Jesús por cada uno de nosotros es la Eucaristía en sí misma, pero también
quisimos propiciar otros signos comprensibles y evangelizadores, especialmente para
los niños”, explicó el Párroco.
Entre estos signos, el Padre Alex agregó: “Los padres caracterizaron a los Reyes junto
a José, María y Jesús, creando un ambiente de cercanía que ancla el misterio de la
Epifanía en los corazones de los niños y de la comunidad”.
En su homilía, el Padre Alex recordó que, “El significado profundo de la Epifanía es
la manifestación de Jesús a quienes no lo conocían, representados por los Reyes
Magos”. Además, citó al Papa Francisco: “No encontramos a Dios quedándonos fijos en
alguna hermosa ideología eclesiástica, sino buscando los signos de su presencia en las
realidades de cada día, especialmente tocando a los más pobres”.
El Párroco exhortó a los fieles: “Dios nos quiere inquietos, saliendo de nuestra comodidad
para buscar su rostro en los pobres, en los enfermos y en todos quienes atraviesan
dificultades. Nuestra misión como Iglesia es anunciar al Señor poniéndonos en marcha”.
La ornamentación, sencilla pero significativa, incluyó el tradicional pesebre y la
representación de la adoración de los Reyes Magos. Al finalizar la misa, el Padre Alex
explicó que, “Queríamos evocar los obsequios de oro, incienso y mirra ofrecidos por
los sabios de Oriente a Jesús, recordando que el gran regalo de la Epifanía es el propio
Jesús, el Hijo predilecto de Dios”.
Finalmente, el Padre Alex expresó: “Quiero invitarles a orar por nuestro pastor y nuestra
Iglesia diocesana, para que, como comunidad, podamos salir al encuentro de quienes
nos necesitan y reflejar el amor de Cristo en nuestras acciones”.
La celebración de la Epifanía en Curacaví fue un momento de profunda espiritualidad y
encuentro, que dejó en los corazones de los fieles el compromiso de buscar los signos
de Dios en la vida cotidiana y de llevar su mensaje a los más necesitados.
