Como ya es tradición reunió a gran parte de la comunidad de Melipilla.
Como todos los años la comunidad se reunió para celebrar la festividad de Todos los Santos el miércoles 1 de noviembre, convocados en la Santa Misa celebrada en el cementerio parroquial a las 12:00 horas. La misma fue preparada por los niños de liturgia y catequesis de la parroquia Inmaculada Concepción.
En ese día la Iglesia celebra una fiesta por todos los difuntos que, habiendo superado el purgatorio, gozan de la vida eterna en la presencia de Dios.
En su homilía, nuestro obispo monseñor Cristián Contreras Villarroel, afirmó que en esta solemnidad “celebramos a todos los santos, es decir, no solamente a quienes bien conocemos y veneramos en los altares, sino que también a toda esa infinitud de hombres y mujeres que a lo largo de la historia han dado testimonio de ser auténticamente cristianos”.
Agregó que “en el lenguaje del Nuevo Testamento, santos son todos aquellos que en la fe han recibido el Bautismo. Es decir, todos los que han sido escogidos por Dios para ser configurados por Cristo el santo, el único santo por excelencia”.
“La festiva conmemoración de este día es para recordar a todos quienes en modo excepcional han realizado en sus vidas la imitación de Cristo. Esta liturgia de esta mañana es también un llamado y la exaltación de nuestra propia vocación bautismal. Todos los que estamos aquí hemos sido bautizados, consagrados, hemos sido llamados a la santidad”, finalizó.
